lunes, 6 de diciembre de 2010

BLOC

    Uno. Hoy retraso mi hora de salida en el trabajo, aprovecho para adelantar, quitarme documentación pendiente que se acumula, hago hora para acudir a esa presentación en un evento gratuito; si regreso a casa no es seguro que vuelva a salir. Paso la tarjeta de fichar y me despido del conserje que por su expresión no agradece que el trescientos y pico empleado se despida: “hasta mañana”, nunca se sabe si una peca por exceso o por defecto. El trayecto: medio en transporte público, medio paseando, aún a pesar de mis cálculos llego media hora antes; me apoyo en un coche fuera del recinto y saco el teléfono y lo manipulo: sólo por hacer algo, luego llamo a un amigo; sale un chico del recinto, es curioso porque me mira de una forma familiar, observo como anda, se aleja de espaldas, es tan alto que al andar resulta desgarbado, da la vuelta a la esquina y desaparece. Recapacito, no creo que me haya prestado ninguna atención. Continúo mi conversación, cuento entre risas el por qué llego siempre tan pronto a los sitios en los que casi nunca hay problemas para entrar. Observo nerviosa la llegada a cuenta gotas del resto de la gente que va llegando interesada por el evento, mientras hablo voy pensando en hacer la cola, miro a mi derecha y, le vuelvo a ver, a él, en la esquina, fumando. Me da la impresión de que lleva ahí un buen rato mirando. No controlo la situación, se parece tanto a mí que entro en el edificio, el cara a cara es demasiado duro, hago hora recogiendo la programación del mes y me cuelo en una instalación temporal.

Dos ó tres. Conozco a algunos de los encargados de la presentación, me han invitado, podré conocer todo desde dentro, llego con tiempo, ni siquiera necesito acreditación y habrá cerveza gratis, ya en la puerta remolonea un grupo de la tercera edad atraídos por el cóctel que servirán durante la presentación, la organización no hace ascos, el patio quedaría muy desolado, aunque el interés del grupo no sea el previsto, es increíble que las noticias del cóctel hayan atraído a tanto personal, me mira fijamente una vagabunda que espera para entrar, su vestimenta es original y lleva un espeso maquillaje metálico. Salgo a fumar un cigarro a la puerta, me voy cruzando con más personas que van llegando, justo enfrente, un teléfono de color chillón, una chica habla y me observa, no podría explicar si es una vieja conocida, pero se que nunca nos han presentado; la miro como si no prestase en absoluto atención y, creo que es peor porque es como si ella hiciese lo mismo. Mi primera reacción es buscar algún bar, en un principio no pensé en alejarme de la puerta; mis pies se mueven solos mi cabeza también. Nada más cruzar la esquina, vuelvo a poner las cosas en orden, espero un rato y vuelvo..., vuelvo a cruzar la esquina, me quedo cerca y, saco un cigarro, el humo y el teléfono chillón, ahora observo, el humo maquilla el pelo, los plataneros, las aceras sucias y el trasiego de gente, intento recordar o conocer algo más de esa cara. Me sorprende su manera de hablar, su expresión corporal, me hago a la idea de que habla y bromea conmigo, desde tiempo.

Tres ó dos. Me cuesta trabajo encontrar el hospital, al final lo encuentro, me detengo y vuelvo la cabeza con el fin de recordar o de perder el tiempo; las enormes puertas de cristal se abren al pasar y el hormigón del moderno edificio pesa y se extiende sobre mi cabeza, se divide en diferentes espacios; localizo admisión donde tengo que presentar todos los documentos, el administrativo con su bata blanca está distraído moviendo papeles que trata de organizar en la mesa. Alza la vista y creo reconocerle, era tan poco probable que lo volviera a ver y algo que he ocultado a gente próxima: ahora a su alcance, al alcance de él, las pruebas, mis datos personales, en qué lugar me deja esto. Dudo un momento, podría no tratarse de la misma persona, tiene un pequeño radio cassette en el mostrador, en una zona no visible, pongo atención en lo que escucha: es él sin duda, el pelo en la cara y esa música, no hay lugares y no se dónde meterme. Mueve los papeles de un lado a otro, coloca las pegatinas, todo parece normal. Menudo trabajo ha escogido, no se de que me extraño..., mientras guardo la tarjeta sanitaria e intento que no se me caiga ningún papel pienso si tendrá un bloc también.

Cuatro. Este trabajo es casi perfecto, estoy solo en el mostrador, cuando llegan al mostrador: ellos, la mayoría no tienen demasiadas ganas de hablar, sólo que pase pronto, lo antes posible, tampoco doy mucho pie; puedo escuchar música, la traigo de casa, la radio salvo pocos programas es cada vez peor, no se como se pueden hacer tantas cosas con tan mal gusto, debe ser una obra de ingeniería de la buena, de los que manejan la pasta imagino, partiendo de esto se empieza a entender el resto. Levanto la vista, la mantengo fija creo..., unos instantes, y recojo la documentación, no puedo creer que la segunda vez que nos vemos haya tenido que ser así, me trastorna aunque mantengo la calma, intento no moverme mucho, nunca me muevo mucho, es la segunda vez que muevo estos papeles y creo que es una putada, más para ella, en eso no hay duda; mientras escucho la música, la que conocí en el documental y en las instalaciones, pienso en aquel día, en la esquina mientras fumaba, pienso ahora porque me extraña entonces verla sola, normalizo la soledad a mi antojo y la distorsiono para el resto, es lo que podría..., imposible pensar ahora en esto.

INSONORA

Trabajas en la calle -en casa también
trabajo sobre todo en casa -ahora salgo: a la calle
como tú
“agua corriente y vida corriente”-decís-
imagino que eres tú alguna de las que
pasean un lindo perro por el barrio
pero quizás no haya perro
somos nosotros -los perros -que no ladran-
pero miran y tocan y cambian
“no quieres la vida que te toca”-decís-
tampoco la quiero -por eso sales-
-salgo, por eso cambias algunas
cosas
el spray: caligrafías extrañas
-dices- “somos luz”, lo digo también
lo digo sin tapujos
trabajo sobre lo que tú trabajas
y lo dejo al igual en medio de ninguna:
parte
si alguien es
capaz de verlo
puede trabajar asimismo
sobre -encima -en planos -afuera-
en digital: por aversión:
se abre la linterna displicente:
ladytronix ladytronix ladytronix
ladytronix -no es un estribillo-
las dos en la puta calle
NO. todo va bien (JLG)
-y el olor-
del alma podrida de las hojas
en el suelo.

*Nota 1: agradecimientos a ladytronix, oruk, neorrabioso (“en el cine de tu niñez pusieron un zara”: impagable) y demás grafiteros por sus frases, caligrafías y dibujos.
*Nota 2: Tout va bien: Jean-Luc Godard

martes, 16 de noviembre de 2010

These New Puritans, "HIDDEN"

me alegré de ir al concierto de These New Puritans, presentaban su nuevo albúm "HIDDEN" del que hace una excelente crítica Raúl Guillen: http://jenesaispop.com/2010/03/10/these-new-puritans-hidden/
aunque no dejan de lado la melodía se puede apreciar que algo de la música clásica contemporánea se ha filtrado, puede que aún no sea lo suficiente, pero ya que la música clásica contemporánea se deja influir por la música electrónica y otras corrientes de la música popular, ya era hora de que la música pop no sólo utilizase instrumentos de música clásica (eso lo viene haciendo desde el principio) sino que se dejase ver la influencia de la misma, aún tímida..., la percusión fue perfecta y la mezcla con hip-hop lo mejoró aún más.

These New Puritans - We Want War

FILANTROPIA (comentario al blog de Mª Antonia Ortega: "Los árboles de la ciudad II (3)")

De sus estudios antropológicos Georges Bataille nos viene a decir que lo que finalmente nos distingue del resto del mundo animal y el origen de lo que llamamos humanidad se encuentra en el el trabajo, más tarde surgirá el arte, entendido como juego. Es el trabajo lo que ha hecho al hombre una especie diferente al resto. Diría más, es la capacidad del hombre para inventarse, querer dejar de ser lo que ve en el espejo o lo que observa del semejante, quien de continuo quiere algo más, otro escalón, rizar el rizo.
Sin embargo, me sorprende al leer el libro de artículos de Pierre Bourdieu :”Pensamiento y acción” editado por “Libros del Zorzal” en 2005 (con artículos que datan de 1995 aproximadamente en adelante) que lo que cuenta sigue más actual que nunca, es un fenómeno ante el que trata de ponernos sobre aviso y probar nuestra capacidad de reacción, y dudo que exista una reacción acorde al problema de fondo, en el sentido de “coordinada”. Hay conciencias aisladas, estados de conciencia de personas adelantadas a su época, pero que no confluyen ni en el tiempo ni en el espacio.
Aunque recapacito y comprendo que estados de conciencia individuales han hecho reflexionar al resto, puede que hasta con más libertad o margen que los movimientos colectivos y, que cada uno de estos estados de conciencia, no simplificados, por su misma complejidad a primera vista pueden resultar a la inteligencia acomodada como una provocación, en la interpretación que nos da Pierre Bourdieu: “La virtud de la provocación consiste en que ofrece la posibilidad de <anticipar>, tornando inmediatamente visible aquello que sólo la intuición o el conocimiento permiten presentir, las sumisiones y los conformismos ordinarios de las situaciones ordinarias anuncian las sumisiones extraordinarias de las situaciones extraordinarias”. Bourdieu advierte preocupado que el interés por conseguir el máximo beneficio en el menor período de tiempo posible amenaza el arte. La lectura alarma porque su análisis es riguroso y nada aventurado, lo que me tranquiliza es reconocer focos aislados: autores, críticos, pequeñas editoriales, responsables de promoción de música contemporánea, etc., que trabajan para que el interés a corto plazo, el invento del dinero no acabe con el invento del arte. Bourdieu acude a una fórmula de Platón para referirse a los verdaderos amos del mundo: “nadie es malvado voluntariamente”, apelando a la inteligencia, pues al final de todo este circuito quien quiere pagar un precio por una casa que no lo vale, por un profesional que no hará que cambie nada, por un libro que sólo al leer un par de frases se lanza lejos de la vista, por un cuadro, escultura, film... que nos aburren de tal manera que es imposible mantener la atención, al final de ahora debe primar el interés general, porque lo peor es una gran casa-bunker, un almacén al completo, aséptico-silencio, unos pocos entran y salen con sofisticados mecanismos virtuales, todo es un copia y pega.

sábado, 30 de octubre de 2010

Todo lo que me hace el silencio



La palabra que no se dice
se derrama líquida de la boca
la comisura los labios, corre: y estuvo allí
la sensación física de un secreto
se muestra, puede: con sorna
arañazos
rozaduras
erupciones, pequeños tics
las manchas necesitan más tiempo
consecuencia de la demolición
lenta, implacable de hechos no es lo que cuenta
no verdaderos o de la vida misma
que circula como un átomo
                es cierto todo lo que decimos
                hacemos lo que enseñan: puertas adentro
                son nuestros actos inflexiones de un
                pasado reciente
demasiado empleado en contemplar
                poco vivido
es justo las fotografías se almacenan
y no podemos darle una salida
ahora prescindo de las imágenes
sólo me mueve el oído
   lacónico lacerante lento límpido
        lamería la letanía la jota es agresiva
        recuerda robar rostro arrugado reticente
        ralo rabia hacia aquí vienen a verme
        a ciertas horas son los que vagabundean
        en la sombra en la zona que se deja de lado es más
        hermosa y vívida
        vds. pueden ver la cicatriz
        aún
              a esa altura.